Guarda en tu pecho,
el aliento de esperanzas,
que el día se acerca,
en que mi barca arribe,
hasta tu vera.
Incitando,
empujando,
van las olas,
borrando las horas,
en un va y ven arrullador,
anticipando la llegada,
de un eterno amor.
Ese beso de tu espera,
ilusión y encanto de sirenas,
confinada en la promesa,
de una flotante,
botella mensajera.
En tu playa blanca,
impaciente lloras,
donde la luna baña,
de argento,
las nocturnas olas,
y el viento arrulla,
a las estrellas,
con el son,
de mis anhelos.
Duerme ahora entre las dunas,
que la brisa diurna anuncie,
en arpegio mi llegada,
barca aferrada,
a tus deseos.
Cumpliendo así la promesa,
de amarte hasta mi ocaso,
viviendo el sueño de tu amor,
entre mis brazos.
Rudyard Bonilla
2009 copyright © derechos Reservados

Inspiración de una promesa ahora cumplida,
"lucero de mi tarde" y de mis días...
¡La espera es imposible, pero mi esperanza es eterna, Yail!...
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