El amar a otra persona exponemos a nuestro cuerpo a sentir y compartir la esencia cruda del poder divino, por lo que el cuerpo entero no está acostumbrado a sentir. Es por eso que sentimos desvanecer en presencia o en recuerdo de un ser amado, y el cuerpo reacciona descontrolado a su poder, hasta con dolores físicos. Cada vez que amamos nuestro cuerpo es afectado y especialmente nuestro corazón, por el cual las memorias de dichas experiencias son trasladadas al cerebro.
Cuando hay desamor el corazón se rompe, hiere su tela de luz la cual se manifiesta físicamente en dolor y sentimientos varios. Esa herida ahora reside junto con el amor opacando su luz, el mismo ya tu alma está echando raíces, en forma de memorias. Eventualmente con el tiempo el cuerpo confunde el sentimiento del amor puro con lo que deja el dolor en su memoria, y muchos temen a enamorarse por que relacionan no a al amor pero más bien a las sombras de sus dolor creadas en memoria.
~Rudyard Bonilla

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