prendida al horizonte
al buscarte solo escucho
el eco de mis suspiros
perdidos en un océano
de pausa
navegando
sobre el céfiro
mientras mi sol
al tártaro se precipita
poseo su cuerpo
ahoga mis penas
sobre el vasto mar
de nostalgia.
Cae la noche
sobre tu efigie
y con ella
la exigua prudencia
de mis anhelos.
Me entrego
entre sus brazos
voluntad absoluta
cierro mis ojos abatidos
ahogado
inmolado
sobre el elipsis
entre el ocaso
me precipito.
Piadosa muerte
clama mi alma
tolvanera de desdicha
donde la vida
sin tu amor
no es nada más
que un eterno silencio.
♥ ~ Rudyard Bonilla
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